DINÁMICAS CAMINO 2015

Para todos los lectores de nuestro Blog y en especial para los padres y familiares de nuestros Peregrinos. Para que tengan la posibilidad de realizar las oraciones que abrirán cada etapa y así nos acompañen día a día en nuestro "caminar" hasta Santiago.
Aún de madrugada y antes de comenzar la marcha, daremos lectura y comentaremos los textos que publicamos.
Incluimos también un desglose,  frase por frase y día a día de la oración que Jesús nos enseñó.

SALIDA DEL COLEGIO  
Lucas 24, 13-35
Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén.
En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.
Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
Él les dijo:
¿Qué comentan por el camino?
Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!
¿Qué cosa?, les preguntó.
Ellos respondieron:
Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.
Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron.
Jesús les dijo:
¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!
¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?
Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron:
Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba.
Él entró y se quedó con ellos.
Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.
Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.
Y se decían:
¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?
En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos






En la Cruz del Ferro antes de Salir. 

Lectura Marcos 10, 46-52
Llegaron a Jericó. Y cuando ya salía Jesús de la ciudad seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.
Al oir que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar:
–¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún:
–¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo:
–Llamadle.
Llamaron al ciego y le dijeron:
–Ánimo, levántate. Te está llamando.
El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
–¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó: –Maestro, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo: –Puedes irte. Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús.



COMENTARIO

SIMBOLOS


El ciego estaba sentado en el borde del camino:

Inmóvil, sin fuerzas, excluido del camino por su discapacidad.
¿Cuántos de nosotros nos encontramos en esta situación?
Quietos, inmóviles, a la espera.
Sin acabar de decidirnos a hacer camino con Jesús; eso de JESÚS no está de moda, es algo anticuado.
No tenemos una trayectoria clara en nuestra vida. Se da cuenta de que pasa Jesús:
A Bartimeo le cuesta dejar pasar esta oportunidad: empieza a gritar fuerte, pidiendo compasión.
Es el grito de angustia que sale de su interior más profundo.
Piensa que debe seguir luchando, que no puede encerrarse en sus problemas.
¿Por qué no puede pasar Jesús por mi vida?
¿Dejaré pasar la oportunidad?
Conozco a gente que le sigue, ¿por qué no puedo yo también?
A lo mejor ¿Por qué no lo llamo?
Seguro que Jesús no pasaría de largo.
Jesús invita a los videntes a hacerse solidarios del ciego: "Llámenlo". Éstos, que hace un momento le regañaban para que se callara, ahora le animan: "Levántate, que te llama". Aquellos que le siguen animan al ciego para que acuda a Jesús. 

El ciego reacciona dando tres pasos: lanza el manto, da un salto y se acerca.
Se saca de encima lo que le impide ir hacia Jesús.
El manto.
¿Cuál es nuestro manto?. Ese manto que nos impide ir al encuentro de Jesús.
En qué podemos representar nuestro manto
¿Nuestros prejuicios?
¿Nuestra mente excesivamente calculadora y práctica?
¿Todo lo material que nos rodea y creemos nos da felicidad?
Bartimeo pese a ser todavía invidente, salta de alegría:
la fe que tiene lo hace reaccionar. 

Da el paso hacia Jesús: es el inicio de su seguimiento
"¿Qué quieres que haga por ti?" Esa es la pregunta de Jesús.
El hombre es ciego, está desorientado, pero Jesús sabe de qué tiene necesidad; que desea su corazón.
No se puede obligar a nadie a recibir un favor ni a creer.
"Que vea": La falta de fe del ciego es representada con la falta de visión.
El ciego necesitaba luz exterior e interior.
Jesús valora tanto la persona, que termina afirmando que es su fe la que lo ha salvado.

Dinámica de la piedra.
Cada uno coje una piedra y como si fuera el Manto de Bartimeo, simboliza en ella todo lo que impide que seamos mejores.
Abandonando la piedra permitimos que a lo largo del camino nuestros sentimientos, nuestras vivencias sean más y mejores.

Hoy vamos a hacer un gesto, en cada una de las piedras que vamos a dejar en este monte, vamos a simbolizar nuestras “riquezas” aquello a lo que tenemos excesivo apego. Vamos a intentar hacer nuestro camino sin ellas. Y al dejar la piedra intentemos ser al menos durante estos días, justos, solidarios, pacíficos y misericordiosos.

PONFERRADA     
(Lc 15.11-24)
También dijo:
Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre:
Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.
Y les repartió los bienes.
No muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó él a pasar necesidad.
Entonces fue a pedir trabajo a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual lo envió a su hacienda para que apacentara cerdos.
Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Entonces se levantó y fue a su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se conmovió, corrió y se echó sobre su cuello y lo besó.
El hijo le dijo:
Padre, he pecado contra el Dios y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Pero el padre dijo a sus siervos:
Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su dedo y calzado en sus pies. Traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta, porque este mi hijo muerto ha revivido; se había perdido y ha sido hallado.





COMENTARIO
El hijo pródigo veía en la casa de su padre unos límites que coartaban su libertad.
Lo tenía todo.
El amor de su padre, el bienestar una situación acomodada. Pero para él esto era contrario a su libertad.
Le pide la parte de su Herencia a su Padre y se marcha a vivir la vida
A .Malgastar su fortuna.
Después de gastarlo todo, se ve muerto de hambre sin dinero y decide buscar un trabajo. Y consigue el más humillante. Cuidar cerdos. Hay que tener en cuenta que el cerdo es para los Judios un animal impuro y peor aún, se alimenta con las algarrobas que comían aquellos animales.
Pero finalmente comienza a arrepentirse el joven. Volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre: Reconoceré mi falta y le diré a mi padre que me trate como a uno de sus jornaleros.
El Hjio recapacitó: Vence a la soberbia, pisotea su amor propio y se pone en camino hacia la casa paterna. Sabe el mal que ha ocasionado y la tristeza de su padre al abandonarlo y esto le duele. Pero en el fondo confía en la bondad de su padre .
El padre del hijo pródigo es figura de Dios. De un Dios rico en misericordia, que sale al encuentro del hombre .
Es un Padre amoroso que desea que se convierta y viva.
Le da el mejor vestido, el anillo, que era símbolo de poder, y el banquete de fiesta, un símbolos de la vida , de alegría






PRIMERA FRASE DEL PADRE NUESTRO

PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN EL CIELO


La primera palabra que aparece en la traducción al griego de la oración de Jesús es Padre. El hecho de que para hablar de DIOS, los hombres recurran a imágenes de la vida terrena -un padre, una madre,.- es usual. No es difícil, por tanto, comprender la razón de aplicar el atributo a Dios, visto así como la fuente de la vida.
Jesús cada vez que reza espontáneamente lo hace comenzando con la palabra «Padre», y más exactamente, con el término Abbá. Una expresión tan corriente que podía ser escuchada en boca de los niños de la calle al requerir la atención de sus padres.

Antes que nada, este término en ningún caso se refiere a un Dios lejano.

La utilización del término Abbá es para Jesús un signo de confianza, de amor filial. El que dice a Dios Abbá está viendo en Él a alguien siempre presente y dispuesto a acompañarle y ayudarle a avanzar, en particular en los momentos más difíciles.

En nuestro lenguaje actual podríamos convertirlo en el “ PAPÁ.”

Cuando nosotros, empezamos a llamar a Dios Padre es el paso de Ese Dios Juez, que castiga, a la de hijo.

San Pablo dice que la relación con Dios caracterizada antes por el temor se transforma en una relación de confianza.

Pero no solo llamamos a Dios «Padre» sino que añadimos a continuación «nuestro», que demuestra una nueva relación con Dios

El Dios de Jesucristo no quiere relación individualista alguna.

La relación con este Dios nos vincula a todos.
Por último, la expresión «en el cielo» no indica en modo ninguno que Dios esté lejos de nosotros.

Dios no es un padre a la manera de los hombres no es un padre terrenal.

Es la forma de expresarnos de que Dios está en TODO, entendiendo en todo cualquier relación humana.





VILLAFRANCA       

LUCAS 8 , 40-48
Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.
Entonces vino un hombre llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.
Y mientras iba, la multitud le oprimía.
Pero una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se le cortó la hemorragia.
Entonces Jesús dijo:
¿Quién es el que me ha tocado?
Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban:
Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices:
¿Quién es el que me ha tocado?
Pero Jesús dijo:
Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le explicó por qué le había tocado, y cómo al instante había sanado.
Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.




COMENTARIO

SIMBOLOS

una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años:

En la cultura antigua, aún hoy en algunas culturas, se entendía que una mujer era impura cuando tenía la menstruación.
No podían salir a la calle, no podían tocar ni rozarse con nadie ni nadie podía tocarle, debían permanecer apartadas porque contagiaban su impureza.
Así estaba esta mujer. Desde hacía doce años. Y había gastado todo su dinero en médicos y nadie la había curado.
Esta mujer asustada, tímidamente a través de la multitud se acerca a Jesús y se atreve a tocarle.

Ella confiaba que con solo tocar el manto de Jesús sería “curada”.

Ojo CURADA. Curación no sólo física, hay que pensar en la situación de esta mujer, abandonada por todos, a la que nadie quería. Tan sólo con tocar a Jesús ella creía que esa situación en su vida cambiaría radicalmente. Y asís sucedió.
Se asusta al ver a Jesús preguntar a los que le rodeaban, quién le había tocado. Jesús notó que alguien tiraba de sus ropas y que algo había salido de él.
Imaginar a la mujer asustada, pensando la que se le venía encima si descubrían que una mujer impura había tocado a Jesús.
Pero Jesús la mira y ella le explica.

Jesús al oirla solo le dice HIJA, tu fe te ha salvado vete en Paz.
Muy importante Le dice HIJA. Quizás una de las pocas veces en la que en el nuevo testamento Jesús llama Hijo o Hija a alguien.
Y por último su Fe , su confianza en que Jesús puede acabar con esos años de sufrimiento y abandono, de enfermedad, es la que realmente la salva.



SEGUNDA FRASE DEL PADRE NUESTRO

“SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”


Las primeras palabras del Padrenuestro van seguidas de una serie de peticiones que podrían parecernos algo contrario a lo que vimos ayer si Dios es nuestro PAPA que nos ama y es cercano, ¿qué razón hay para pedirle nada?
Un padre tan solo con mirarlo puede saber lo que queremos entonces para qué pedírselo.
Sin embargo, Jesús nos dice que pidamos, que busquemos, que llamemos.
Si confiamos en el Padre en nuestro PAPÁ esto nos garantiza recibir y encontrar.
Jesús toma como punto de partida la imagen de un padre humano para asegurarnos que Dios es mucho más.

Las peticiones del Padrenuestro aparecen claramente divididas en dos grupos.
La primera de las súplicas, «santificado sea tu Nombre», es más difícil de comprender.
Para ello tenemos que comprender lo que significaba “NOMBRE”.
No se trata nunca de una simple palabra.
En la Biblia, el nombre forma parte de la realidad de una persona; nos revela de su secreto, su interior, su ser, su identidad.
Jesús, que nos revela la verdadera identidad de Dios, nos hace conocer su auténtico Nombre. La vida de Jesús en su totalidad nos da la respuesta a la pregunta ¿quién es Dios?
Al orar «santificado sea tu Nombre», pedimos a Dios su intervención para que los hombres puedan conocer su auténtica identidad.
Pedimos que todos puedan contemplarlo como fuente de confianza y amor.
Expresamos que esta nueva relación con Dios se haga extensible a todos los seres.
La santificación del Nombre de Dios pasa por nuestras vidas. Dios que, valiéndose de nuestras vidas, se da a conocer a los demás tal y como él es en realidad.
Pedimos que nos sea concedido ser imagen suya, transmitir fielmente un reflejo de él.





EN VEGA 

Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.
Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.
Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón:Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.
Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.
Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,
y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón:
No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.




COMENTARIO

Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Nosotros también debemos remar mar adentro y echar las redes para pescar y, aunque las redes salgan vacías, no nos desanimemos sino que lo intentemos una y otra vez.
Mar adentro allí dónde realmente empiezan los problemas, las dificultades, las injusticias, las desigualdades.
Pero para echar las redes tenemos que tener dos actitudes fundamentales: fe y constancia.
¿Difícil? Sí, pero no imposible.
Debemos aprender a nadar a contracorriente y no desanimarnos. Aunque no encontremos soluciones a estos problemas no debemos desalentarlos.
Jesús insiste: «echad las redes»,
Nosotros no terminamos de creerlo pero Él insiste; no nos deja solos, nos acompaña, nos enseña con su testimonio y palabra.
Nos creemos más sabios que nadie y pensamos que nadie puede enseñarnos más de lo que sabemos y sobre todo, como pasó con Jesús, si es alguien que tiene menos estudios o pertenece a una familia más humilde.
¿Qué hacemos? Dejar de luchar, de pescar, nos bajamos de la barca, dejamos la red y no hacemos frente a los problemas.
¿Dónde está nuestra confianza en el Espíritu, nuestra fe, nuestra constancia?
Dios nos hace libres, inteligentes, iguales; pone a nuestro alcance todo lo necesario para enfrentarnos a los problemas y nos da el don de la palabra para atraer a nuestros hermanos al camino de la fe.
En definitiva, a ser mejores personas y a trabajar por un mundo más justo y equitativo para todos.





TERCERA FRASE DEL PADRE NUESTRO

VENGA A NOSOTROS TU REINO



No se trata únicamente de conocer la identidad de Dios que vimos ayer sino, una vez conocida, vivir en consecuencia.
¿Cómo será y cuándo vendrá el Reino de Dios?
Esta era una preocupación del pueblo judío, también en tiempos de Jesús. Algunos creían que había que esperarlo ardientemente orando para que llegue. En el otro extremo, algunos conciben la llegada del Reino como el fruto de una revolución política: se impondría tomar las armas y forzar así, en cierta manera, la mano de Dios, que se vería obligado a actuar en nuestro favor. Dos puntos de vista extremos.
Jesús, por su parte, no ofreció nunca una definición del Reino de Dios sino que se refirió siempre a él mediante contraste de imágenes y parábolas.
Jesús no piensa, que el Reino de Dios se instaure por la fuerza y la violencia humanas.
No tiene nada que ver con la victoria de unos y la derrota de otros, no se trata de un reino según los criterios de este mundo.
El Reino de Dios es algo abierto a todos. El reino de Dios consiste en liberarnos de todo lo que nos impide vivir de manera digna y dichosa.
Jesús entiende el reino de Dios como un reino de vida y de paz.
Jesús anuncia el reino de Dios como una realidad que exige la restauración de la justicia social. Donde esté desterrada la pobreza, la injusticia el egoísmo.


POR LA TARDE POSIBILIDAD DE EUCARISTÍA ANTES DE ENTRAR EN GALICIA AL DIA SIGUIENTE.






EN TRIACASTELA    
Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.
Pero el día comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto.
El les dijo: Dadles vosotros de comer.

Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.
Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos.
Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.
Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.
Aconteció que mientras Jesús oraba aparte, estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
El les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy?

Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente, y diciendo:

Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.




COMENTARIO

La intención de Jesús con esta acción no otra que la de hacernos caer en la cuenta de la necesidad que tenemos de compartir lo que somos y lo que poseemos, sea mucho o poco, con quien requiere nuestra ayuda y nuestro apoyo.
Cuando compartimos lo que tenemos, se multiplica;
¿no hemos visto cómo cuando estamos en la mesa, y ha venido alguien a nuestra casa, lo que habíamos preparado, alcanza perfectamente para todos, y hasta sobra?…
Nuestra vida en el mundo es un compartir constante.
Compartimos la tierra en que vivimos, el aire que respiramos, el cielo que nos cobija, el sol que nos ilumina, la noche que nos permite descansar, las plantas que nos alimentan, el agua que nos refresca, los animales que nos acompañan, el cariño de las personas que nos anima. Aquí en el camino compartimos, pensamientos, intenciones, nuestra agua, nuestra comida, nuestro cansancio, nuestras lesiones.
Sólo en el compartir podemos experimentar lo que realmente somos.
El egoísmo no nos conduce a nada. Cuando somos egoístas, nos estamos haciendo un gran daño a nosotros mismos, porque cerramos nuestro corazón y nuestra vida a todo lo bueno que podríamos recibir de los demás, y a la enorme alegría espiritual que produce interactuar con ellos, comunicándoles lo mejor de nosotros mismos: nuestros bienes materiales y nuestra riqueza interior, que vale más que cualquier riqueza material, y a la vez, recibir también lo mejor de cada uno de ellos.
Los bienes materiales no pasan de ser meros objetos pasajeros, caducos, que no tienen ningún valor, ninguna trascendencia en sí mismos, y que dependen totalmente de aquello para lo que son empleados. Esos a los que damos cuando estamos en nuestras casas un enorme valor.
Compartir con los necesitados lo que se nos ha dado, es lo que Él espera de nosotros.
Siempre que damos recibimos una recompensa que supera infinitamente nuestro gesto de dar, y es la enorme alegría que esta acción produce en nuestro corazón; una alegría profunda que permanece en nosotros por largo tiempo.



CUARTA FRASE DEL PADRE NUESTRO

“HÁGASE TU VOLUNTAD”

La tercera súplica del Padrenuestro
Esta no quiere decir que todo lo que no sucede ya está designado.
Sino que hay que hacer la voluntad de Dios que no es otra que disfrutemos de nuestra libertad y que la usemos para ser nosotros mismos, que amemos y sirvamos a los demás
Así, cuando se nos plantea la pregunta de cómo hacer la voluntad de Dios, Jesús nos dice: «¡Hay que brillar!»
¿Cómo somos luz.? Pues somos luz en la medida que cumplimos y aplicamos el mensaje de Jesús y así seremos imagen suya.











EN SARRIA    

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Jesús le dijo:
¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
Jesús les dijo:
Llenad estas tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dijo:
Sacad ahora, y llevadlo al maestresala.
Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo:
Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.




COMENTARIO
Una boda es un evento normal en nuestra vida. Es un acontecimiento importante y festivo. Algo nuevo empieza para los que se casan.
Cuando Jesús habla del Reino de Dios lo compara entre otras cosas con un banquete de bodas, una gran fiesta a la que todos están invitados.
En tiempo de Jesús los festejos de la boda duraban varios días.
Las familias de los novios serían conocidos de Jesús y su Madre. Nazaret y Caná no distaban mucho entre sí. Jesús, con su presencia bendice la alegría de los novios y su amor. Jesús quiere estar presente en nuestros momentos de gozo, en nuestras fiestas.
En esta fiesta se acaba el vino, una tragedia, que falte el vino, los cubatas. Vaya fallo. A lo largo de nuestra vida encontraremos momentos en los se produzcan fallos como este. Pueden surgirnos sorpresas difíciles de solucionar.
Pero en esos casos, difíciles, aunque como en las bodas de Caná , no era la hora en la que Jesús debía actuar, El actua.
Aquello que falta, lo que ha ocasionado el fallo el error, con su ayuda podemos superarlo.
Y además , hacerlo mucho mejor de cómo esperábamos hacerlo.
Como el agua que Jesús convierte, que es mejor que el primero, que el que nos ha dejado tirados.
En Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él.



QUINTA FRASE DEL PADRE NUESTRO

...EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO


Pedimos ahora que los que hemos visto hasta ahora que quiere DIos inunde progresivamente toda la tierra.
Todo lo que nos rodea.
El cielo y la tierra solo nos indica la Totalidad.
Como dijimos ayer si intentamos ser LUZ de brillar permítenos que parte de tu amor y tu luz puedan ser transmitidos a los demás.











EN PORTOMARIN       

LAS BIENAVENTURANZAS
Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:
Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.
Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.
¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.




SEXTA FRASE DEL PADRE NUESTRO

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA…


Lo primero que pedimos a Dios es el pan.
El término pan en hebreo hace referencia a todo lo que es necesario para la vida: el alimento, el vestido, el alojamiento...
Este pan es, en primer lugar, una realidad material, una comida.
Pero debemos de tener claro que Dios nos da ese pan para que lo compartamos, para que intentemos ser justos, si lo guardamos o reservamos para que los demás no lo alcancen el misterioso pan se pudrirá y se llenará de gusanos.
Pero este pan no solo es un alimento material también es un alimento espiritual.
Un detalle importante: Cuando en los textos ocurre el milagro del pan ocurre siempre en un lugar desierto.
Un lugar donde el hombre es capaz de acoger todo como don de Dios.
Cuando estamos necesitados, En cierta forma en el Camino pasamos necesidad de pan, no sólo el que nos quita el hambre física. Es en estos momentos cuando pasamos hambre física y espiritual cuando mejor recibimos el Pan.
En que podemos personificar el Pan Espiritual
Pues en la Palabra de Dios
En la oración,
En el amor fraterno
En el apoyo de los otros
En la Eucaristía.








EN PALAS      

Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vis ta.
Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.




SEPTIMA FRASE DEL PADRE NUESTRO

“PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN”



El segundo de los dones que pedimos a Dios en el Padrenuestro a continuación del pan, es el don del perdón.
Que es lo que de nosotros puede ofender a Dios pues cuando no transmitimos esa luz de la que hemos hablado y que estamos llamados a transmitir.
Ofendemos a Dios cuando impedimos con nuestro comportamiento que en nuestra vida aparezca el Reino de Dios.
El egoísmo, el no ser solidarios, el ser injustos, no amar a los demás estos comportamientos ofenden a Dios. Pero Dios siempre perdona Dios es misericordia. Misericordia que nos muestra Jesús con su muerte
Ahora bien nosotros somos tan misericordiosos como Dios Perdonamos al que nos daña, al que es injusto con nosotros.
En esta frase nos comprometemos a hacer lo mismo que Dios hace con nosotros.
Y todos sabemos que esto no es fácil. Para Dios sí lo es.




EN ARZUA 
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Y les dijo:
Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Les dijo también:
¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, présta me tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?
Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.





ULTIMA FRASE DEL PADRE NUESTRO

“NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN Y LIBRANOS DEL MAL”

Esta frase pide a Dios el Padre que hemos visto que no nos permita dejarnos vencer por nuestro yo.
El que se aleja del Reino de Dios.
El que nuestros comportamientos no hagan posible que apliquemos el mensaje verdadero de Jesús.
De nuestras tentaciones egoístas, de nuestras ansias de riquezas, de nuestro apego a lo material, nuestra incapacidad de Amar a los demás en todo su significado…..
Esos son los Males de Hoy.
Y a Dios le pedimos que nos ayude a evitarlos.




EN ARCA.
por la tarde 07-07-2014 LUNES
(EUCARISTIA, lectura y ceremonia del lavado de pies)

Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo:
Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió:
Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo:
El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo:
No estáis limpios todos.
Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo:
¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.



POR LA MAÑANA. 08-08-2014 MARTES

Hoy no vamos a leer ningún texto, ni hacer ninguna lectura ni reflexión.
Tenemos ahora una última etapa en la que reflexionar, en la que pensar todo lo que hemos oído y leído hasta hoy.
Además Ayer terminamos la lectura pausada frase a frase de la oración que desde pequeños rezamos con frecuencia.
Ha sido nuestro empeño en desentrañar el significado actualizado de cada frase.
De tal manera que en el día de hoy entendamos en nuestra llegada a Santiago, a la plaza del Obradoiro, el significado, los signos y símbolos que esta representa, y cuando la recemos pensemos en nuestros sacrificios y en nuestras vivencias de este camino.
Que nos llevemos en nuestro interior cada momento vivido, cada esfuerzo, cada situación….
Ahora comencemos nuestra última etapa de este camino que no es sino la primera etapa de nuestro verdadero camino en la fe y en la vida.



EN SANTIAGO.
EN LA LLEGADA A SANTIAGO EN LA PLAZA DEL OBRADOIRO “GRITAR”  EL PADRE NUESTRO




CUENTOS

A ORILLAS DEL RÍO PIEDRA ME SENTÉ Y LLORÉ          PAULO COELHO


A veces nos inunda una sensación de tristeza que no logramos controlar.
Percibimos que el instante mágico de aquel día pasó, y que nada hicimos.
Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día, y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.
Ese niño que fuimos un día continúa presente.
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente de otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso significa obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar.
Si no perdemos el contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida.




EL CREDO DEL OPTIMISTA

1. Ser tan fuerte que nada pueda perturbar la paz de tu mente.
2. Hablar de salud, felicidad y prosperidad con cada persona con la que te encuentres.
3. Hacer sentir a todos tus amigos que hay algo valioso en ellos.
4. Mirar el lado soleado de todo y hacer que tu optimismo se haga realidad.
5. Pensar sólo sobre lo mejor, trabajar sólo para lo mejor y esperar sólo lo mejor.
6. Ser tan entusiasta acerca del éxito de los demás como lo eres acerca del tuyo propio.
7. Olvidar los errores del pasado y dirigirse hacia los mayores logros del futuro.
8. Mantener un semblante alegre en todas las ocasiones y darle a cada criatura viviente con la que te encuentres una sonrisa.
9. Darte tanto tiempo para mejorar que no tengas tiempo para criticar a los demás.
10. Ser demasiado grande para la preocupación, demasiado noble para la ira, demasiado fuerte para el miedo y demasiado feliz para permitir la presencia de los problemas.



LA GENTE QUE ME GUSTA                                               MARIO BENEDETTI
Primero que todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hace y lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus actos. La gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta y leal con su gente y consigo misma. Pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe de la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de su jefe.
Me gusta la gente de criterio, la gente que no traga fácilmente, la gente que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo, o se equivocó y la gente que al aceptar sus errores se esfuerza constructivamente para no volverlos a cometer.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a todos los llamo MIS AMIGOS.
Me gusta la gente fiel y persistente que no desfallece cuando de alcanzar los objetivos e ideales se trata.
Me gusta la gente de garra que atiende a los obstáculos como un reto.
Me gusta la gente que no trabaja por resultados o intereses materiales.
Con gente como ésta, me comprometo a lo que sea, así no reciba retribución alguna, ya que con haber tenido a esa gente a mi lado he sido retribuído.




EL PARADIGMA DE LA RIQUEZA                               CUENTOS ANÓNIMOS

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que éste viera cuán pobres eran las gentes del campo, que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
- “¿Qué te ha parecido el viaje?”
- “Muy bonito, papá”
- “¿Viste qué pobre y necesitada puede ser la gente?”
- “Sí, papá”.
- “¿Y qué aprendiste?”
- “Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os puedo ver.”
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
- “Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser”




POBREZAS                                                                                    Eduardo Galeano

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen silencio, ni pueden comprarlo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen más libertad que la libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres.




TENER PRESENTE

- Que cuando tropiezas, ahí mismo está tu tesoro. Si podemos aprender de nuestros errores, la vida toma una intensidad prodigiosa. El fracaso no impide el éxito, solamente lo aplaza.
- Que más allá del mundo de enfrentamientos y opuestos existe unidad en todo. La separación visible es secundaria. El planeta es nuestra única casa; el sistema solar el barrio grande.
- Que si amas lo espiritual no puedes despreciar lo terreno.
- Que si copias el camino de otro no podrás realizar tu propio destino. Cada uno es maravillosamente distinto. No hay dos huellas dactilares iguales. No hay dos tréboles exactamente iguales. Hay belleza en eso.
- Que nada es excitante si sabes cuál será el resultado. Es muy importante el asombro, la capacidad de descubrir, de mirar la realidad con ojos de un niño ante un regalo todavía envuelto. La vida nos obsequia diariamente sorpresas maravillosas, nos falta, muchas veces, la habilidad de maravillarnos, de jugar al escondite.
- Que negarse al dolor de la vida es renunciar a ella. Con el nacimiento empezamos a morir. Todo objeto tiene sus sombras.
- Que no podemos curar al mundo de penas, pero sí vivir en alegría.
- Que hay instantes perlas, encuentros perlas. Saber encontrar lo que vale es el arte de navegar por la vida. Hay que aprender a zambullirse en las profundidades porque las perlas no flotan. El mar no regala porque sí sus joyas.



UN HOMBRE, SU CABALLO Y SU PERRO        CUENTO ÁRABE ANÓNIMO

Un hombre, su caballo y su perro caminaban por una calle. Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta de que los tres habían muerto en un accidente.
A veces los muertos necesitan un tiempo para darse cuenta de su nueva condición.
La caminata era muy larga, cuesta arriba; el sol era muy fuerte y los tres estaban empapados de sudor y con una tremenda sed.
En una curva del camino avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada.
- “¡Buenos días!” –dijo el caminante.
- “¡Buenos días!” –respondió el hombre.
- “¿Qué lugar es éste tan lindo?” –preguntó el caminante.
- “Esto es el cielo” –fue la respuesta.
- “¡Qué bueno que llegamos al cielo! Estamos con mucha sed”, -dijo el caminante.
- “Usted puede beber cuanto quiera” –dijo el guardián indicándole la fuente.
- “Mi caballo y mi perro también tienen sed”.
- “Lo lamento mucho” –dijo el guarda. “Aquí no se permite la entrada de animales”.
El hombre se sintió muy decepcionado. Su sed era grande pero él no bebería dejando a sus amigos en la entrada.
Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semiabierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles a ambos lados que le daban sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado con la cabeza cubierta por un sombrero. Parecía que dormía.
- “¡Buenos días!” –dijo el caminante.
- “¡Buenos días!” –respondió el hombre.
- “Mis animales y yo estamos con mucha sed”
- “Hay una fuente en aquellas piedras” –dijo el hombre indicando el lugar. “Pueden beber a voluntad”
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
- “¡Muchas gracias!” –dijo el caminante al salir.
- “¡Vuelvan cuando quieran!” –respondió el hombre.
- “A propósito, -dijo el caminante, ¿cuál es el nombre de este lugar?”
- “Cielo” –respondió el hombre.
- “¿Cielo? ¡Pero si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que aquello era el cielo!”
- “Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.”
El caminante quedó perplejo y a continuación añadió:
- “Esa información falsa debe causar grandes confusiones”.
- “De ninguna manera –respondió el hombre. En verdad ellos nos hacen un gran favor, porque allí se quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.”




TODOS, ALGUIEN, CUALQUIERA Y NADIE

Hay un viejo cuento con cuatro personajes: “Todos”, “Alguien”, “Cualquiera” y “Nadie”.

Ocurre que había que hacer un trabajo importante y “Todos” sabían que “Alguien” lo haría. “Cualquiera” podría haberlo hecho, pero “Nadie” lo hizo. “Alguien” se enojó cuando se enteró, porque le hubiera correspondido a “Todos”. El resultado fue que “Todos” creían que lo haría “Cualquiera” y “Nadie” se dio cuenta de que “Alguien” no lo haría. ¿Cómo termina la historia? “Alguien” reprochó a “Todos” porque en realidad “Nadie” hizo lo que hubiera podido hacer “Cualquiera”.



LOS DOS PERRITOS

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una escalera semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta de que dentro de ese cuarto había mil perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y le ladraban alegremente. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando: “¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir más a menudo a visitarlo!”.
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto se sintió amenazado ya que le miraban de manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir; obviamente vio como los mil perritos le gruñían. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: “¡Qué lugar tan horrible es éste! ¡Nunca volveré a entrar ahí!”
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía:
La casa de los mil espejos




EL CHICO DE LOS CLAVOS                                                      JORGE BUCAY

Había un chico que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa.
El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca…Pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en el que el muchacho no perdió la calma para nada, y se lo dijo a su padre. Entonces el padre le sugirió que por cada día que controlara su carácter debía sacar un clavo de la cerca.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca; entonces el padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás…
- “Mira, hijo, has hecho bien. Pero, fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca nunca será la misma de antes. Cuando haces o dices cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha. No importa cuántas veces pidas perdón, la herida está allí, y una herida física es igual de grave que una herida verbal.”


LAS RANAS

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo éste era, le dijeron a las dos ranas caídas que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás ranas decían y se rindió, se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir ya que no tenía lugar seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron:
- “Nos alegra que hayas logrado salir a pesar de lo que te gritábamos”.
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Moraleja
a) La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida con alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo al final del día.
b) Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruirle. Tengamos cuidado con lo que decimos.
c) Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.
En la NASA hay un póster muy lindo de una abeja, el cual dice así:
“Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe”.



LA PARADOJA DE NUESTROS TIEMPOS

La paradoja de nuestros tiempos es que tenemos edificios más altos pero temperamentos cortos; autopistas más anchas pero puntos de vista más estrechos.
Gastamos más pero tenemos menos; compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas; más compromisos pero menos tiempo.
Tenemos más títulos pero menos sentido común, más conocimiento pero menos criterio, más expertos pero más problemas, más medicinas y menos salud.
Hemos llegado a la Luna y regresado pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior, limpiamos el aire pero no depuramos nuestras almas.
Tenemos mayores ingresos pero menos moral.
Hemos aumentado la cantidad pero no la calidad.
Estos son tiempos de personas más altas con caracteres más débiles; con más libertad pero menos alegría; con más comida pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa pero aumentan los divorcios; son tiempos de casa más lindas pero hogares rotos; un tiempo con demasiado en al vidriera y poco de puertas para dentro.
No guardes nada para una ocasión especial. Cada día que pasa es una ocasión especial. Por eso:
Lee más y limpia menos; siéntate en la ventana y admira la vista sin fijarte únicamente en las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y amigos y menos tiempo trabajando. La vida es una sucesión de experiencias para disfrutar no para sobrevivir. Usa tus copas de cristal; ponte tu ropa nueva para ir al supermercado; no guardes tu mejor perfume para una ocasión especial, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
La frase “algún día, uno de estos días…” quítalas de tu vocabulario. Si vale la pena hacerlo, oírlo, quiero poder disfrutarlo ahora.
Si supiéramos el tiempo que nos queda de vida seguramente desearíamos estar con nuestros seres queridos, iríamos a comer nuestra comida preferida, visitaríamos los sitios que amamos…
Son pequeñas cosas las que nos harían enojar si supiéramos que nuestras horas están limitadas…
Enojados porque dejamos de ver a nuestros mejores amigos, enojados porque no escribimos aquellas cartas que pensábamos escribir “uno de estos días”, enojados porque no dijimos a nuestros padres, hermanos, amigos…cuanto les queremos.
Por eso, no intentes retardar o detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a tu vida, cada día, hora, minuto o semana es especial.
Si estás ocupado para hacer algo de lo que hay aquí y te dices que ya lo harás “uno de estos días”, piensa que “uno de estos días” puede estar muy lejano o no llegar nunca.



EL CANTO DEL PÁJARO                                               ANTHONY DE MELLO

El pescador satisfecho
El rico industrial se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando su pipa.
- “¿Por qué no has salido a pescar?” –le preguntó el industrial.
- “Porque ya he pescado bastante por hoy” –respondió el pescador.
- “¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?” –insistió.
- “¿Y qué iba a hacer con ello?”, -preguntó a su vez el pescador.
- “Ganarías más dinero”, -fue la respuesta. “De este modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas…y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo”.
- “¿Y qué haría entonces?” –preguntó de nuevo el pescador.
- “Podrías sentarte y disfrutar de la vida”.
- “¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?” respondió el satisfecho pescador.



EL HOSPITAL

Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde durante una hora para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación.
El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba.
Los dos charlaban durante horas; hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, dónde habían estado de vacaciones…Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua mientras los niños lo hacían con las cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la ciudad. Según el hombre de la ventana describía todo esto con detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.

Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando por la calle. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo con los ojos de su mente, exactamente cómo lo describía el otro hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a os ayudantes del hospital para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como lo considero apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.
Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana…y se encontró con una pared blanca.
El hombre preguntó a la enfermera qué podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó: “Quizás sólo quería animarle a usted”.
Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de la pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quiere sentirse rico, sólo cuente todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar; y es que… “Hoy es un regalo, por eso se le llama el presente”



EL HOMBRE QUE QUISO SER SUPERIOR EN TODO

El HOMBRE con su ambición siempre quiso ser un Superhombre, mejor y superior a todas las cosas existentes, y esto ocurre desde la prehistoria.
Resulta que un cavernícola, con su puntal, marcaba un dibujo rupestre sobre una inmensa roca “toc, toc, toc,…” pero al pasar las horas sentía como el Sol le estaba quemando al espalda. Fue entonces cuando, sin vacilar, le pidió a Dios ser
El hombre Sol. Pero Dios trató de hacerle entender a este buen cavernícola que el solo hecho de ser HOMBRE ya era ser superior a todas las cosas sobre la faz de la Tierra. Pero éste insistió en ser el hombre Sol, por lo que Dios le concedió ese deseo.
Y fue el hombre Sol alumbrando y quemando las espaldas de todos sus amigos. Se sentía poderoso y superior hasta que vino una negra nube y lo tapó. Y viendo que la nube era más poderosa, le pidió a Dios ser El hombre Nube, y le fue concedido de nuevo su deseo.
Pero no pasado mucho tiempo se cruzó con un fuerte viento y lo deshizo. Terco este hombre, y sintiendo el poder del viento le pidió a Dios ser El hombre Viento, y de nuevo Dios le concedió su deseo. Fue el hombre Viento soplando y arrasando lugares hasta que, de repente, se encontró con una inmensa roca y chocó.
El terco hombre ambicioso, que insistía en ser superior, notó cómo la roca era más fuerte y más dura que el viento, y le pidió a Dios ser El hombre Roca.
Y en todas aquellas peticiones que el hombre realizaba, Dios no dejaba de advertirle que el solo hecho de ser HOMBRE ya era ser superior a todas las cosas.
“Guarda humildad y florecerán tus deseos más profundos”, le decía.
Una vez más, y tras su insistente petición, el cavernícola se convirtió en el hombre Roca.
Pero no pasó mucho tiempo hasta sentir sobre sus espaldas un “toc, toc, toc,…” que le resultaba muy familiar. Era, simplemente, otro hombre que lo estaba deshaciendo golpeándole con su puntal.


EL ECO


Jorge, que no sabía lo que era el eco, se divertía un día en el campo en ir montado sobre un palo de escoba como si fuera un asno y en gritar:
- ¡Arre!, ¡Arre!
Pero inmediatamente oyó las mismas palabras en el bosque cercano. Creyendo que algún niño se hubiera escondido en él, le preguntó admirado:
- ¿Quién eres tú?
La voz misteriosa repitió inmediatamente:
- ¿Quién eres tú?
Jorge, lleno de furor, le gritó entonces:
- Eres un necio.
Enseguida la misteriosa voz repitió las mismas palabras.
Entonces Jorge montó en cólera y lanzó palabras cada vez más injuriosas contra el desconocido que suponía escondido; pero el eco se las devolvía con la misma fidelidad.
Jorge corrió al bosque para descubrir al insolente y vengarse de él, pero no encontró a nadie. Entonces marchó a casa y fue a consolarse con su mamá de lo que le había sucedido, diciéndole que un bribonzuelo, escondido en el bosque, lo había colmado de insultos.
- Esta vez te has engañado, pues lo que has oído ha sido el eco de tus mismas palabras –le dijo la madre-. Si tú hubieras dicho en voz alta una palabra afectuosa, la voz de que hablas te hubiera respondido también en términos afectuosos.
Moraleja: Lo mismo sucede en la vida diaria. Por lo común el proceder de los demás para con nosotros es el eco de nuestra conducta para con ellos. Si somos educados con los demás, los demás lo serán con nosotros. Si, en cambio, somos descorteses, ruines y groseros con nuestros semejantes, no tenemos derecho a esperar ser tratados de distinta manera.




EL CUENTO DE LA FRESA

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El “Roble” le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el “Pino”. Volviéndose al “Pino”, lo halló caído porque no podía dar uvas como la “Vid”. Y la “Vid” se moría porque no podía florecer como la “Rosa”. La “Rosa” lloraba porque no podía ser alta y sólida como el “Roble”.
Entonces encontró una planta, una “Fresa”, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
- “¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?”
- “No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un “Roble” o una “Rosa”, los habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser “Fresa” de la mejor manera que pueda”.
Bien, ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podéis disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podéis marchitarte en tu propia condena…



EL CARPINTERO                                                     JORGE BUCAY

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en cuarenta años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes de forma continua.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. “Estoy buscando trabajo por unos días”, dijo el extraño, “quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda serle de ayuda”.
“Sí”, dijo el mayor de los hermanos. “Tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja; ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su excavadora y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que me construya una cerca, una cerca de dos metros de alto; no quiero verlo nunca más”.
El carpintero le dijo: “Creo que comprendo la situación. Muéstreme dónde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le haré un trabajo que le dejará satisfecho”.
El hermano mayor ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo por provisiones. El carpintero trabajó duro todo el día, midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos. ¡No había ninguna cerca de dos metros! En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con pasamanos y todo. En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo:
“Eres un gran tipo; ¡mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!”
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. “¡No, espera! ¡Quédate unos cuantos días! Tengo muchos proyectos para ti”, le dijo el hermano mayor al carpintero.
“Me gustaría quedarme” dijo el carpintero, “pero tengo todavía muchos puentes que construir”.

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